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A mediados del siglo XV, en Europa se efectuó la primera fundición de tipos móviles de metal. En cuanto a los detalles, el invento difiere considerablemente de otros anteriores del Extremo Oriente:
Los impresores orientales utilizaban tintas solubles en agua, los occidentales emplearon tintas diluidas en aceites.
En Oriente, las impresiones se conseguían oprimiendo el papel con un trozo de madera contra el bloque entintado.

Los impresores occidentales utilizaban prensas mecánicas de madera cuyo diseño recordaba el de las prensas de vino.
Los impresores orientales que utilizaron tipos móviles los mantenían unidos con barro o con varillas.
Los impresores occidentales desarrollaron una técnica de fundición de tipos de tal precisión que se mantenían unidos por simple presión aplicada a los extremos del soporte de la página.

Con este sistema, cualquier letra que sobresaliera sobre las demás, podía hacer que las letras de su alrededor quedaran sin imprimir. La invención de un método que permitiera fundir letras con dimensiones precisas representa el mayor avance del invento occidental.
Impresos Ilustrados

Con la llegada de la imprenta en la época del renacimiento, los artistas comenzaron a grabar sus obras en madera o metal, posibilitando su reproducción con la imprenta. Entre los artistas famosos del renacimiento que produjeron ilustraciones para libros se hallan el italiano Andrea Mantegna y los alemanes Alberto Durero (Albert Dürer) y Hans Holbein el Joven cuyos trabajos contribuyeron de manera notable en el desarrollo del arte renacentista.



En México, José Guadalupe Posada fué uno de los primeros grabadores importantes del Nuevo Mundo.




Las Primeras Aplicaciones

Los impresores del norte de Europa fabricaban sobre todo libros religiosos, como biblias, salterios y misales. Los impresores italianos, en cambio, componían sobre todo libros profanos, por ejemplo, los autores clásicos griegos y romanos redescubiertos recientemente o las obras científicas de los eruditos renacentistas.

Una de las primeras aplicaciones importantes de la imprenta fue la publicación de panfletos: en las luchas religiosas y políticas de los siglos XVI y XVII, los panfletos circularon de manera profusa. La producción de estos materiales ocupaba en gran medida a los impresores de la época.

Los panfletos tuvieron también una gran difusión en las colonias españolas de América en la segunda mitad del siglo XVIII.



Prensas de Imprimir

La máquina que se utiliza para transferir la tinta desde la plancha de impresión a la página impresa se denomina prensa. Las primeras prensas de imprimir, como las del siglo XVI e incluso anteriores, eran de tornillo, pensadas para transmitir una cierta presión al elemento impresor o molde, que se colocaba hacia arriba sobre una superficie plana. El papel, por lo general humedecido, se presionaba contra los tipos con ayuda de la superficie móvil o platina. Las partes superiores de la imprenta frecuentemente iban sujetas al techo y una vez que el molde se había entintado, la platina se iba atornillando hacia abajo contra el mismo. La prensa iba equipada con raíles que permitían expulsar el molde, volviendo a su posición original, de modo que no fuera necesario levantar mucho la platina. Sin embargo, la operación resultaba lenta y trabajosa; estas prensas sólo producían unas 250 impresiones a la hora, y sólo imprimían una cara cada vez.

En el siglo XVII se añadieron muelles a la prensa para ayudar a levantar rápidamente la platina. Hacia 1800 hicieron su aparición las prensas de hierro, y por aquellas mismas fechas se sustituyeron los tornillos por palancas para hacer descender la platina. Las palancas eran bastante complicadas; primero tenían que hacer bajar la platina lo máximo posible, y al final tenían que conseguir el contacto aplicando una presión considerable. Aunque las mejores prensas manuales de la época sólo producían unas 300 impresiones a la hora, las prensas de hierro permitían utilizar moldes mucho más grandes que los de madera, por lo que de cada impresión se podía obtener un número mucho mayor de páginas. La impresión de libros utilizaba cuatro, ocho, dieciséis y más páginas por pliego.

Durante el siglo XIX, las mejoras incluyeron el desarrollo de la prensa accionada por vapor; la prensa de cilindro, que utiliza un rodillo giratorio para prensar el papel contra una superficie plana; la rotativa, en la que tanto el papel como la plancha curva de impresión van montados sobre rodillos y la prensa de doble impresión, que imprime simultáneamente por ambas caras del papel. Los periódicos diarios de gran tirada exigen utilizar varias de estas prensas tirando al mismo tiempo el mismo producto. En 1863 el inventor norteamericano William A. Bullock patentó la primera prensa de periódicos alimentada por bobina, capaz de imprimir los periódicos en rollos en vez de hojas sueltas. En 1871 el impresor Richard March Hoe perfeccionó la prensa de papel continuo; su equipo producía 18.000 periódicos a la hora.

IMPRESIONES EN OCCIDENTE

IMPRESION EN ORIENTE





Ya en el siglo II d.C., por lo menos un siglo después de haber comenzado con la impresión de dibujos e imágenes sobre tejidos, los chinos habían desarrollado el arte de imprimir textos.



Los soportes de escritura comunes del antiguo mundo occidental, el papiro y el pergamino, no resultaban apropiados para imprimir. El papiro era demasiado frágil como superficie de impresión y el pergamino, un tejido fino extraído de la piel de animales recién desollados, resultaba un material caro. El papel, por el contrario, inventado por los chinos en 105 d. C. es bastante resistente y económico. El arte de la fabricación de papel, que llegó a Occidente durante el siglo XII, se extendió por toda Europa durante los siglos XIII y XIV. Hacia mediados del siglo XV, ya existía papel en grandes cantidades. En America, las antiguas culturas mexicanas usaban la corteza de un arbol llamado amate como soporte para sus documentos.

La práctica de los chinos budistas de confeccionar copias de las oraciones y los textos sagrados favorecieron los métodos mecánicos de reproducción.



Los primeros ejemplos conocidos de impresión china, producidos antes de 200 d.C., usaban letras e imágenes talladas en relieve en bloques de madera. En 972 se imprimieron con este método las más de 130.000 páginas de los Tripitaka, los escritos sagrados budistas.


En esta época, los chinos pasaron de los bloques de madera a la impresión con tipos móviles, usando caracteres sueltos dispuestos en fila, como se sigue haciendo hoy en día. Debido a que el idioma chino exige entre 2.000 y 40.000 caracteres diferentes, los antiguos chinos no consideraron útil dicha técnica, y no desarrollaron el invento.

Los tipos móviles, fundidos en moldes, fueron inventados independientemente por los coreanos en el siglo XIV, pero también los consideraron menos útiles que la impresión tradicional a base de bloques

LAS PRIMERAS APLICACIONES


Los impresores del norte de Europa fabricaban sobre todo libros religiosos, como biblias, salterios y misales. Los impresores italianos, en cambio, componían sobre todo libros profanos, por ejemplo, los autores clásicos griegos y romanos redescubiertos recientemente o las obras científicas de los eruditos renacentistas.

Una de las primeras aplicaciones importantes de la imprenta fue la publicación de panfletos: en las luchas religiosas y políticas de los siglos XVI y XVII, los panfletos circularon de manera profusa. La producción de estos materiales ocupaba en gran medida a los impresores de la época.

Los panfletos tuvieron también una gran difusión en las colonias españolas de América en la segunda mitad del siglo XVIII.



Prensas de Imprimir

La máquina que se utiliza para transferir la tinta desde la plancha de impresión a la página impresa se denomina prensa. Las primeras prensas de imprimir, como las del siglo XVI e incluso anteriores, eran de tornillo, pensadas para transmitir una cierta presión al elemento impresor o molde, que se colocaba hacia arriba sobre una superficie plana. El papel, por lo general humedecido, se presionaba contra los tipos con ayuda de la superficie móvil o platina. Las partes superiores de la imprenta frecuentemente iban sujetas al techo y una vez que el molde se había entintado, la platina se iba atornillando hacia abajo contra el mismo. La prensa iba equipada con raíles que permitían expulsar el molde, volviendo a su posición original, de modo que no fuera necesario levantar mucho la platina. Sin embargo, la operación resultaba lenta y trabajosa; estas prensas sólo producían unas 250 impresiones a la hora, y sólo imprimían una cara cada vez.

En el siglo XVII se añadieron muelles a la prensa para ayudar a levantar rápidamente la platina. Hacia 1800 hicieron su aparición las prensas de hierro, y por aquellas mismas fechas se sustituyeron los tornillos por palancas para hacer descender la platina. Las palancas eran bastante complicadas; primero tenían que hacer bajar la platina lo máximo posible, y al final tenían que conseguir el contacto aplicando una presión considerable. Aunque las mejores prensas manuales de la época sólo producían unas 300 impresiones a la hora, las prensas de hierro permitían utilizar moldes mucho más grandes que los de madera, por lo que de cada impresión se podía obtener un número mucho mayor de páginas. La impresión de libros utilizaba cuatro, ocho, dieciséis y más páginas por pliego.

Durante el siglo XIX, las mejoras incluyeron el desarrollo de la prensa accionada por vapor; la prensa de cilindro, que utiliza un rodillo giratorio para prensar el papel contra una superficie plana; la rotativa, en la que tanto el papel como la plancha curva de impresión van montados sobre rodillos y la prensa de doble impresión, que imprime simultáneamente por ambas caras del papel. Los periódicos diarios de gran tirada exigen utilizar varias de estas prensas tirando al mismo tiempo el mismo producto. En 1863 el inventor norteamericano William A. Bullock patentó la primera prensa de periódicos alimentada por bobina, capaz de imprimir los periódicos en rollos en vez de hojas sueltas. En 1871 el impresor Richard March Hoe perfeccionó la prensa de papel continuo; su equipo producía 18.000 periódicos a la hora.

IMPRESOS ILUSTRADOS



Con la llegada de la imprenta en la época del renacimiento, los artistas comenzaron a grabar sus obras en madera o metal, posibilitando su reproducción con la imprenta. Entre los artistas famosos del renacimiento que produjeron ilustraciones para libros se hallan el italiano Andrea Mantegna y los alemanes Alberto Durero (Albert Dürer) y Hans Holbein el Joven cuyos trabajos contribuyeron de manera notable en el desarrollo del arte renacentista.

En México, José Guadalupe Posada fué uno de los primeros grabadores importantes del Nuevo Mundo.

HISTORIA DE LA IMPRENTA


Uno de los más grandes acontecimientos de la historia humana es la invención de la imprenta a mediados del Siglo XV. La imprenta hizo posible el flujo de ideas alrededor del mundo. A un inventor alemán, Johann Gutenberg, se le acreditó con el descubrimiento.

Sin embargo, otros elementos contribuyeron a la realización de sus ideas, éstos incluyen un sistema de símbolos escritos usados para comunicar ideas. El alfabeto, desarrollado por los Fenicios alrededor de 1500 AC, se mejoró con los anglosajones quienes proporcionaron nuestra nueva versión. La tinta, también parte de la ecuación, se usó en Alemania antes de los primeros intentos de Gutenberg. La necesidad final para la evolución de la imprenta era el papel, que inventaron los chinos alrededor del Siglo XV DC. Toda la tecnología necesaria para la impresión había sido desarrollada para el siglo XV. En ese momento, hubo un creciente interés en educación y, a su vez, una mayor demanda de materiales impresos.

A través de los años, los elementos de impresión se han mantenido constantes. El proceso, sin embargo, ha cambiado drásticamente. La velocidad de impresión en el Siglo XV era de 300 a 500 hojas impresas por día. Hoy usted encuentrará 15,000 hojas impresas por hora. A medida que entramos hacia el siglo XXI. El equipo electrónico sofisticado es una industria estándar. Nos damos cuenta de ésto y estamos prontos a actuar en la compra de productos innovadores.

Éso es una de las cosas que mantienen a Norwork al frente en cuanto a tecnología. Después de la invención de la imprenta hubo un poco de actividad en la tecnología de impresión. La primer prensa en los Estados Unidos usó el mismo diseño que Gutenberg había creado 200 años antes. La impresión se hacía todavía en una prensa manual y el papel era aún fabricado a mano.

En el siglo XIX una serie de inventos, trajo cambios drásticos en los procesos. La prensa de cilindro usaba un cilindro rotatorio para aplicar presión e imprimir sobre una superficie plana. Ésta impresión cuádruple tenía velocidades de hasta 1,100 hojas por hora. La prensa rotatoria pasaba el papel entre dos superficies curvas. En 1865, fue desarrollada una prensa alimentada por red, e imprimía ambos lados del papel simultáneamente, y también imprimía en un rollo continuo en lugar de hojas separadas. Desde la II Guerra Mundial, se han introducido más cambios en la impresión que en los previos 500 años. Algunas innovaciones importantes incluyeron fototipocolocaciones, justificación de márgenes, máquinas de escaneo electrónico e impresiones de pantalla electroestáticas.

LA INVACION DE LA IMPRENTA





Alrededor del año 1440 Juan Gutenberg (1397-1468) en Alemania inventó el “tipo móvil”, mientras que, en Holanda, Lorenzo Coster hizo otro tanto. Luego, en 1456, es Gutenberg quien logra un importante hito histórico; termina de imprimir un libro entero, el primero de la historia. Este libro es la Biblia, versión La Vulgata. De esta hermosa obra se conservan 21 ejemplares en varios museos.

Desde ahora se harían proverbiales el poder y el alcance de la “página impresa”, tanto para lo bueno, como para lo malo. Para la Reforma y los reformadores del siguiente siglo la imprenta vendría a ser una herramienta nueva y tremendamente eficaz que garantizaría un avance en publicidad mucho más allá de todo lo imaginable. Y esto sin decir nada de las incalculables bendiciones para todo creyente que a partir de ahora tendría en sus propias manos nada menos que la Palabra de Dios.




Intentando saber cuándo apareció el primer libro, hemos encontrado a un personaje, JOHANNES GUTEMBERG, a quien se considera el creador del primer libro con tecnologías modernas. Junto con Andreas Dritzchn experimentó para crear una imprenta: adaptó una prensa de madera de las que se usaban para la elaboración del vino en la que introdujo unos tipos de letra de plomo.
El primer alfabeto estaba integrado por más de 300 caracteres que permitían establecer enlaces entre las distintas letras de modo similar a como lo hacía la caligrafía empleada por los copistas de libros. El trabajo se realizaba en un ambiente de sigilo, pues las prácticas podrían ser consideradas heréticas.
En 1455 fue terminada la primera obra maestra del nuevo arte: la célebre Biblia "de 42 líneas", así llamada porque éste es el número más frecuente de líneas por columna en cada una de sus 1.280 páginas.
Contribuyó a la alfabetización del pueblo así como su acceso al conocimiento. Falleció el 3 de febrero de 1468 en su ciudad natal, Maguncia.